lunes, 27 de mayo de 2013

La Balada del Despertador

Hoy os presento a un elemento desconocido, totalmente prescindible en la vida de muchos. El despertador.

Según la siempre fidedigna wikipedia "Un despertador es un tipo de reloj que se utiliza para despertarse mediante un sonido o música a una hora determinada, también llamado comúnmente beep. Para detener el sonido, es necesario apretar un botón o manivela" (lo de la manivela ya es pasarse). Este misterioso elemento, ha tendido a olvidarse con el paso del tiempo. Mucho mejor despertarse con un móvil que hace de despertador, de cámara, de conexión con el mundo, e incluso de teléfono (algunos no saben que así es), y al que por su multifuncionalismo se le puede ir la olla y dejar de funcionar, o pasarse de listo y cambiarte la hora automáticamente por que le da la gana y llegar una hora tarde, o peor, antes, al trabajo. Recuerdo cuando se empezaron a usar los microondas, y nosotros fuimos unos late-buyers (tan late que hace poco que lo tenemos en casa), y mis amigos (de mi generación) me preguntaban asombrados: ¿Y cómo calientas la leche en casa para desayunar?. Pues igual que tú lo hacías antes, cuando solo existía el cazo y el fuego. Pues lo mismo con el despertador. Un aparato que todos tuvimos, pero que de pronto hemos encontrado prescindible, y no lo es tanto.

¿Por qué tanta chapa con el despertador? Pues porque hoy ha llovido en Santiago. Aunque aparentemente no tenga nada que ver, ahora descubriréis la relación.

En Santiago NUNCA llueve. Os lo comenté anteriormente en un post. Pero hoy ha sido la excepción, y parece que va a ser así durante un par de días. ¿Qué pasa cuando llueve? Pues lo mismo que pasa en Donosti cuando nieva. Sisi, he dicho cuando nieva. Todo se paraliza, se cancelan las clases (hoy tenía zumba y se ha cancelado por las intensas lluvias), las aceras se encharcan, pasar un paso de peatones es sinónimo de meter el pie hasta el tobillo a menos que metas unas zancadas propias de Usain Bolt, las calles se llenan de sirenas de policías y bomberos...Vamos, un absoluto caos, y de verdad que para nosotros esto hubiera sido un poco de sirimiri.  Los chilenos no conocen lo que son las alcantarillas igual que en Donosti no conocemos lo que son los quitanieves. Y así les va, ciudad paralizada por lluvia, y yo empapada por no pensar que iba a llover hoy. He tratado de entrar al metro, y había cola desde la bocacalle de entrada, así que he decidido que ya que estaba mojada me iba a ir dando un paseo refrescante bajo la lluvia (y no solo lluvia, también bastante frío). Así que me he tapado a lo mora con el pañuelo, teniendo mucha fe de que me iba a salvar de la lluvia.


Así iba yo por la calle felizmente

Ya habréis advinado, que al calarme se ha mojado conmigo el móvil y ha muerto, o esta en coma temporal.  


Mi mayor preocupación al no poder encenderlo ha sido: ¿Y cómo me levanto mañana para ir a currar? Tras el momento desesperación ha llegado la iluminación: el despertador. Así que mañana en vez de despertarme con la sirena insportable de la BB (niiiiiiiNOooooooooniii), me despertaré con, como dice la canción, la balada del despertador (bip bip bip).
Canción de la Fuga


A pesar de todo, ha valido la pena, porque el paseo bajo la lluvia me ha llevado a recoger un paquete enviado por mis aitas que incluía una cámara de fotos que es tan moderna que no se ni usar. Así que por fin podré sacar fotos decentemente y podré usar el zoom sin que se apague la cámara solo con tocar el botón. Eskerrik asko! (Cámara estrenada en este post).

Y por último queda felicitar a mi hermano Imanol, Mr Cebrebrito, que ya es ingenierio industrial, aunque debería darnos las gracias él a nosotros por aguantarle tanto cambio de humor!
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Mi familia en la graduación. Que derroche de elegancia.

Gabon guztioi! Ya os contaré si el invento del despertador funciona.

-Un tigre no pierde el sueño por la opinión de las ovejas-


viernes, 24 de mayo de 2013

La nieve

Todo aquel que me conozca, sabrá que me encanta la nieve. Disfruto cada copo que cae, y me pongo muy pesada cada vez que hace frío en Donosti, porque pienso que va a nevar y aunque este lloviendo yo lo transformo a aguanieve para sentirme más feliz. Cuando fui a Montreal hay quien pensó que me hartaría de la nieve, y no fue así. Pues bien, en el viaje que os voy a contar hoy la nieve nos hizo tener más de un percance, para algunos putadas y para otros aventuras. Yo la sigo amando.

Canción típica de cuando vamos a eskiar que te hace levantarte de mal humor si te la ponen a tope al lado de tu oreja.

El viernes pasado salimos rumbo a nuestro viaje al Salar de Uyuni, el desierto de sal más grande del mundo, que está en Bolivia. Para llegar allí, no hay más opción que hacer un tour de 4 días pasando por el medio de la nada, más nada y alguna laguna. Así pues, cogimos nuestro avión a Calama (Chile), el aeropuerto más cercano a San Pedro de Atacama (es donde empezaba el tour). El viaje nos dio la bienvenida con unas turbulencias dignas de una atracción de Port Aventura, incluso a uno del grupo que iba en otro avión le desviaron a otro aeropuerto por no poder aterrizar en Calama por el viento. Al bajar del avión esperamos a nuestras mochilas, que no habíamos facturado, pero que algunos habíamos metido en la bodega porque eran grandes. Esperamos y esperamos. Las mochilas no salieron. Mientras, veíamos que nuestro avión ya se había cargado de gente para volver a Santiago. Entonces,Miguel decidió salir corriendo a la pista y llegar al avión para preguntar donde estaban nuestras mochilas, no sin que le gritaran que no podía estar ahí. Se habían olvidado de sacarlas, y si no fuera por él, habrían ido de vuelta a Santiago. Así es Chile.

Recuperadas las mochilas nos subimos al transfer que nos llevaba a San Pedro, donde íbamos a pasar la primera noche para salir en el tour al día siguiente. El chófer, nos dijo al subir entre risas que había un "pequeño cambio de planes" y la frontera por la que teníamos que pasar a Bolivia al día siguiente estaba cerrada porque había nevado. No entendíamos porque ser reía, a nosotros no nos hacía gracia, pero el seguía riéndose, y nos hizo dudar de que fuera verdad, pero lo era. La solución que nos proponían era entrar por otra frontera, que quedaba como a unas 4-5 horas de San Pedro, en vez de 1 hora que era lo que había hasta la anterior. Por tanto, había que levantarse mucho antes, exactamente estar saliendo a las 5 am, y para cuando llegamos a San Pedro eran más de la 1 am. También habíamos tenido problemas con el alojamiento que habíamos reservado para pasar esa noche, más bien esas horas. Gema hizo la reserva hace un tiempo y llamó para confirmar antes de ir, a lo que le dijeron que no había ninguna reserva. Así que el día antes de ir, no teníamos donde dormir. Afortunadamente la señora de la agencia nos gestionó una reserva, que en principio era de 3 habitaciones de 4 camas, y en una de ellas un colchón en el suelo. Nuestra sorpresa cuando llegamos y al repartir las habitaciones nos da una de 4 otra de 4 con un colchón y otra en la que dice," aquí vais 4 chicas" y se larga . Habitación de 2 camas individuales para 4. Tratamos de hablar con la señora, que decía que se le había inundado la habitación que nos iba a dar, y que tenía otra de 2 personas pero que teníamos que pagarle más. Tuvimos una discusión con ella, porque no le costaba nada darnos la otra habitación, pero ella jugaba con la carta de que eran la 1 de la mañana y no íbamos a ponernos a buscar otro sitio. Total que tuvimos que aceptar lo que teníamos. Nos tumbamos en la cama dispuestos a dormir las 3 horas que nos quedaban para despertarnos, y nos apareció la vieja aporreando las puertas para que le pagáramos. Ella pretendía que le diéramos el dinero como si hubiéramos tenido todos cama, pero nosotros decidimos pagarle por cama y no por persona, así que la noche acabo con la señora en la puerta de la habitación diciendo "acabáis de empezar el viaje, y Dios lo ve todo". Nos reímos, pero ahora mismo creo que nos echo un mal de ojo.

Al día siguiente madrugón y furgoneta hasta la frontera de Bolivia. Llegamos a las 9.45, la hora prevista, y en la frontera nos dicen que no hay electricidad así que no van a abrir hasta las 11. Otro minipunto para Chile. En la frontera de entrada a Bolivia (hay que registrar la salida en Chile, y ir como a 1 km donde está la entrada a Bolivia), me empiezan a poner pegas porque mi pasaporte estaba lleno de sellos de Bolivia (si os acordais al ir al lago Titicaca tuvimos que entrar y salir varias veces por el corte de los campesinos), y no encontraban mi salida, así que me decían que me iban a sancionar. Al final todo se arregló y pasamos todos. Una vez allí  nos subimos a los jeeps que nos iban a llevar los siguientes días. Íbamos 6 en cada uno, y si vas a pasar un rato, pueden ser hasta cómodos, pero si vas a pasar unas 10 horas al día en el, acabas con moratones en las rodillas por comerte el asiento de adelante y chichones en la cabeza de los botes que pegas contra el techo.


Para que tengáis una mejor imagen de lo que cuento, fijaros en esta foto. Donde pone Hito Cajón es donde deberíamos de haber entrado, y donde entramos es Ollague. El tour por tanto empezaba abajo, y no ahí arriba. Así que el primer día empezamos a bajar hasta la Laguna Colorada, donde íbamos a pasar la noche.

Lo que vimos ese día os lo dejo en imágenes.

También nieva en el desierto

Ane Vado (Ha nevado)

No puedo tener más cara de frío

Flamenco en Laguna Hedionda



Esto se llama El árbol de Piedra. No se como se imaginan los árboles los que viven por el desierto, pero para mí se parece más a un chupa chups.

Más lagunas


Esa noche la pasamos en un refugio perdido en medio de la nada. Cortaban la luz como a las 8 de la tarde, no había agua caliente (ya calefacción ni en sueños), y se esperaba unas temperaturas en el exterior de -15 grados (que casi hacía lo mismo dentro). A todo esto, los colchones estaban encima de piedra. Hacía MUCHO frío. Unos por eso, otros por los ronquidos de los demás, y otros por pasarse la noche vomitando en el baño por sentarles mal la cena, no fue la noche que más descansamos.

Al día siguiente solo algunos nos levantamos para ir a ver el amanecer a los Geysers, porque no nos aseguraban que pudiéramos llegar a ellos si nevaba por la noche, así que a la gente le dio pereza. Nos despertamos algo antes de las 5, y el guía (conductor del jeep) nos dijo que había echo una noche buenísima y que no había ningún problema en ir. Total que cuando queda poco para llegar, se nos queda el jeep atascado en la nieve. Lo empujamos, despejamos la nieve de las ruedas, y tratamos de ir por otro camino. No conseguimos llegar. El guía nos propuso que podíamos ir andando a los geysers, que estaban como a 20 minutos andando en linea recta de donde estábamos. SUERTE. 20 minutos para un Boliviano puede ser 1 hora y media, y lo de en línea recta cuando estas en una eterna explanada en la que no hay nada a la vista más que nieve, no parece una buena idea. Además ni siquiera había amanecido, y hacían -10 grados. Seguía sin ser una buena idea.
The situation

Amanecer

Mucha rueda y poca chicha

Otra vez en medio de la nada


Después de nuestra excursión fuimos a por el resto ,que se habían quedado durmiendo plácidamente, y de ahí salimos fuimos a ver la laguna Colorada (obviamente se llama así porque es roja). El resto del día nos dirigimos hacia el Salar de Uyuni viendo lo que quedaba de camino, y visitando pueblos de 10 casas in the middle of nowhere. Nos preguntamos a ver por qué parábamos ahí, en sitios en los que había nada. La respuesta era que es donde vivían las familias de los guías, y parábamos para que les visitaran. Ole ole!
Laguna Colorada







Tengo amigos que se dedican a intentar hacer fuego con piedras volcánicas. Por supuesto no lo consiguió, pero el era feliz porque decía que olía a fuego.


Esta es de mi fotos favoritas. Montaña nevada reflejada en el lago.

Típico salto grupal que nunca sale


Más llamas




La plaza del pueblo de los padres del guìa

Una pueblerina más

A esto le llamaban la ciudad de Roma o algo parecido. Al preguntarle al guía por qué se llamaba asi nos respondió: ¿No habeis estado? Debe ser parecido


Atardecer del salar




Por fin llegamos a la entrada del Salar vimos el atardecer desde una montañita al lado de nuestro hotel, que estaba hecho con sal. Sisis, todito; las paredes, el suelo, las camas...Vanessa lo verificó chupando la pared, si señor. Esta vez teníamos agua caliente así que este fue el único día que nos duchamos, porque a ver quien se ducha con ese frío y con agua helada no, lo siguiente. Eso si, la electricidad se cortaba también muy pronto, y teníamos que andar a oscura. Por lo menos nos dejaron una luz encendida que iba con batería, y pudimos tirarnos y rato jugando al asesino popular. Por si alguien no lo conoce, se trata de persuadir a la gente de que tu no eres el asesino y voten a otra persona. Al final todos nos volvemos locos porque nos creemos a quien no tenemos que creer y no creemos al que si.

A la mañana siguiente nos despertamos a las 5 para salir algo antes de las 6 hacia el salar para poder ver el amanecer. Después fuimos a ver una isla llena de cactus en medio del salar, y a sacarnos dos millones de fotos tratando de hacer efectos. El salar mola. Es como si fuera un océano blanco, no se ve nada alrededor. En los puntos más hondos parece que la sal llegaba a cubrir 10 metros por debajo (según si le preguntabas a un guía u otro estaba información podría variar de una forma radical). Se podría ver perfectamente que en el suelo se formaban formas geométricas tipo hexágono , que se forman debido a la cristalización de la sal, y  por donde se evapora el agua del salar. Lo más curioso es que esa forma se mantiene en toda la profundidad de la sal y no solo en la superficie.
Aquí podéis ver los hexagoncillos

Amanecer

De estas fotos chorras hicimos como 2.000

Isla de los cactuses





Amanecer solitario de Nachete


Del Salar nos dirigimos al pueblo de Uyuni, y vimos el cementerio de los trenes. Fue como si montas excursiones a la chatarrería. Pues eso, chapas de tren y alguna pieza por ahí,  nada más. En el pueblo estuvimos un buen rato, porque teníamos que cambiar de jeeps y de guías para el regreso al día siguiente. En la agencia, nos dijeron que todavía no sabían si la frontera iba a estar abierta al día siguiente, por lo que ibamos a dormir en un pueblo a medio camino, Villa Mar, que casualmente los dueños del hostal eran los padres de nuestro guía. Para nuestra alegría, a la noche los guías nos informaron de que la frontera HitoCajón iba a estar abierta al día siguiente, lo que además nos permitía visitar la Laguna Verde y los Geysers, que estaban de camino. Para ello, nos hicieron salir a las 4.30 am, así que como veis nuestra media de madrugar fue bastante maja, tanto que al llegar a Santiago y tener que ir a trabajar agradecí levantarme a las 7.

Viajamos unas cuantas horas por el medio de nieve y desierto. El coche se nos quedó atascado de nuevo, pero una chilena que venía con nosotros se puso a gritar a los guías que tenían que hacer tracción y se puso a botar en la parte de atrás del jeep hasta que salimos. Los guías no tenían ni idea. Ella, una crack.

La cosa es que seguimos el camino, y a cierta altura nos cruzamos con unos jeeps de frente, que nos dijeron que la frontera estaba cerrada por la nieve. Estábamos a 50 kms de ella, después de unas 4 horas de coche.Estaba haciendo efecto el mal de ojo de la señora. Así que no había opción, había que deshacer el camino, llegar a la otra frontera, la misma por la que entramos. Eso suponía una 6 horas a la frontera y otras 3 desde ahí hasta Calama que es donde cogíamos el avión a las 18.30 de la tarde. Y ahí el problema. Nosotros habíamos cogido ese horario de avión sabiendo que el tour volvía a las 12-1 del mediodía a San Pedro. Los guías nos dijeron que no sabían si íbamos a llegar a tiempo, porque aquí lo mismo te dicen 1 hora y son 3, que te dicen 3 y son 1 y media. Así que sin perder tiempo nos metimos la paliza de viaje sin parar mas que una vez para ir al baño justo justo. Por momentos pensábamos que no íbamos a llegar, pero lo conseguimos. Un poco antes de las 6 de la tarde estábamos en el aeropuerto, y pudimos entrar al avión. En resumen, salimos 4.30 am y llegamos a las 20.30 a santiago, que son 16 horas de las los cuales 13 fueron en un jeep, del cual lo único bueno que saco es que gané mucha flexibilidad haciendo posturitas para conseguir meter las piernas en algún lado y poder dormir un rato.Yo no se que pasa en Bolivia, pero en 2 de 2 visitas al país nos ha tocado el gordo.

Moraleja: Si vas a viajar a Bolivia asegúrate de que tienes un día comodín para gastarlo con imprevistos.

Por cierto el blog de hoy se lo dedico al chico más guapo de Martutene, a petición del chico más guapo de Intxaurrondo Kalea. A continuación os los presento en su máximo esplendor.
Chico más guapo de Martutene

Chico más guapo de Intxaurrondo Kalea (tb es el más guapo cuando le cortamos el pelo estupendamente mal)

Nada más por ahora, se que os había abandonado mucho, pero tendréis pronto la entrega de mi siguiente viaje: ISLA DE PASCUA!

Ondo ibili ta txintxo izan!

PD: Ponerme velas otra vez para que encuentre piso, que mi amiga la Colombiana me ha echado de la mia. Otra moraleja, no te fíes de un Colombiano.


Y hoy en honor a Nachete alias el posador-solitario:

-Tú nunca estás sólo, siempre te va a acompañar la soledad-