Depresión post-vacacional (Parte I)

Muchos pensáis que estoy aquí de jauja, y es lo que parece lo sé. Nada más lejos de la realidad. Si, he estado 10 días de vacaciones visitanto Bolivia y Perú, pero nada más llegar  (y hablo del día siguiente a aterrizar), me cambiaron el horario de trabajo, aumentándolo 3 horas cada día y lo que mas duele, teniendo que entrar una hora antes por la mañana. DUELE. MUCHO. Creo que deberíamos hacer un sindicato de becarios puteados por el cambio de Gobierno, porque creo que roza el límite de lo legal esto!
Incluso no se ha tenido piedad para reducirnos las horas del viernes, que es lo normal. NO, viernes también de 8 a 6, cuando antes trabajabamos de 9 a 2. Y claro lo que ello conlleva: no puedo ir en bici a trabajar hasta que compre luces porque ahora es de noche cuando salgo de casa, tener que coger el metro en hora punta con el riesgo de aplastamiento que conlleva, aparte de tener que esperar a veces a que pasen 3 o 4 metros para conseguir caber en uno, problemas para poner la lavadora porque en el horario anterior la gente estaba trabajando cuando la ponía y siempre había alguna libre, o comerme colas inmensas en el suepermercado. Aparte obviamente de que he reducido mi vida social, y no voy a tener tiempo de hacer skypes entre semana. Bien PNV, GRACIAS!

Pero bueno no penséis que voy a dejar que esto me deprima, solo os muestro mi cabreo inicial. Voy a seguir viajando todo lo que pueda, saliendo de fiesta y haciendo barbacoas hasta ponerme como una bolita. De hecho, venía a contaros un par de viajes que me faltaban por contaros, pero como se que estáis más deseosos de saber el segundo, el primero que fue a Copiapó-Pan de azúcar-Bahía , os lo dejo en imágenes:

Sabéis porque se llama pan de azúcar? Por la caca de los pajaros (el guano). Ahí véis leones marinos, y también había pingüinos.

No pudo faltar el tradicional asado

Esta playa podía llamarse la playa de la muerte...

Mirador del Pan de Azúcar

Y ahora si que si, comienzo con B&P (parte I):

Este sin duda, ha sido el viaje más esperado desde mi llegada. Por fin, parecía que el 22 de marzo nunca iba a llegar, pero llegó! El viaje empezaba en la ciudad de la Paz (Bolivia), hasta donde llegamos en avión desde Santiago. Primer problema, la altura. Parece una chorrada cuando ves en la tele que a Calleja  o alguno de los que sale en programas como desafío extremo les da el mal de altura. Nunca piensas que puede pasarte a tí,que solo pasa en la montaña, y que lo exageran en la tele. La verdad resulta que es algo de lo más común, y según gente que lo ha vivido, una experiencia de lo más desagradable. Pues bien, La Paz se encuentra a más de 3600 metros de altura sobre el mar, y un lugar con muchas probabilidades de que te de, más viniendo directamente desde Santiago que esta a muy poca altura. Gracias a Dios, hoy en día existe la Azetozolamida, pastillas que ayudan a que no te de mal de altura, a cambio de tener ganas de mear todo el día. Otra opción muy popular es masticar hojas de coca, que dicen que es como masticar té. A pesar de todos los remedios, la altura se nota en forma de dolor de cabeza al principio, y sintiendo un cansancio espectacular, hasta el punto de subir 10 escaleras y tener que parar. Vamos, que los cristos que montan Calleja &co cuando les ponen el pulsioxímetro, no son un show, confirmado.

Nada más llegar al aeropuerto, granizaba. Sigo echando de menos la lluvia, y el granizo era algo que ni se me había encontrado esperarme, así que me hizo hasta ilusión. Para ir del aeropuerto a la ciudad, tomamos una furgonetilla que hacía las veces de bus, donde la gente se subía y bajaba donde le daba básicamente la gana. Fue una experiencia peculiar, porque eramos tres turistas con nuestras pedazo mochilas, mezclados con bolivianos auténticos, incluso cholitas, que son las típicas mujeres con el vestido típico, la  tele de colores con un niño colgando, sus dos trenzas, y su gorro que contra todas las leyes de física no se les cae, y no va sujeto a nada. Según nos contó una guía, es un arte que se aprende desde pequeña.

La ciudad de la Paz, no puede describirse con otra palabra que no sea auténtica. Llena de gente, de alboroto, de gente gritando en los minibuses, de colores, de gente pobre, de niños monísimos, de puestos de la calle, de gente vestida de la forma típica y gente que no, olor a gasolina, humo. Llegas desde Chile y te das cuenta de que Chile no es sudamérica, esto sí.

Al día siguiente, sábado, nos acercamos al Valle de la Luna, cerca de la ciudad, donde alquilamos unos quads para hacer una ruta por alrededor. Las vistas eran especaculares, pero el miedo que pase en algunos tramos con el quad también!

Después aprovechamos para ir a un mirador desde el que se veía la ciudad, que resultó ser un poco cutre, pero se puede apreciar como cambia el paisaje de la zona más financiera, a las chabolas de las colinas.

El domingo, hicimos un plan muy guay para cualquier aficionado a la bicicleta. La carretera de la muerte. Se trata de un descenso en bici desde una altura de 4.600 metros hasta llegar a los 1.100, durante unos 50 km. El primer tramo de unos 14, eran asfalto, pero todos los demás era un camino de piedras estrechos, rodeados de acantilados, y teniendo que cruzar cascadas. Una experiencia única sin duda a pesar de las agujetas del día siguiente por tener que agarrar con tanta tensión el manillar. La excursión acababa en un restaurante donde nos dieron de comer, y nosotros dimos de comer a los bichos, porque en una hora nos habían acribillado toda parte del cuerpo que tuviéramos a la vista. Es lo que tiene la selva.

Al día siguiente, lunes, dejabamos La Paz para irnos hacía el lago Titicaca. Cogimos una excursión que en teoría nos llevaba a Copacabana en bus y de ahí tomabamos un barco a la Isla del Sol donde hacíamos noche. Todo parecía un buen plan, hasta que al llegar un guía de una excrusion parecida les dice a sus clientes que queda cancelada porque no se puede llegar. Hablamos con nuestra guía, y ella no sabía nada. Se informó y resultaba que había unos campesinos que no querían que se construyera un puente, y habían decicido cortar la carretera hacia Copacabana en forma de protesta. La excursión siguió adelante, pero se nos complicó bastante, llegando a ser bastante aventura. Tuvimos que salir de Bolivia, entrar en Perú, cambiar de autobús, salir de Perú, entrar a Bolivia, y todo eso con sus trámites de inmigración correspondientes claro. Después el bus no dejaba tirados en un pueblo, que uedaba a 8km de Copacabana, y no era muy viable caminar todo eso con el peso que llevabamos ( y nosotros aún con mochilas, pero algunas del grupo llevaban maletones de por lo menos 20 kg). Al final, nuestra guía consiguó una barca que nos acercaba a Copacabana. En definitiva, tardamos unas cuantas horas más en llegar de las que teníamos que haber tardado, pero son cosas que pasan en estos países, y forman parte de la experiencia. Por fin llegamos a la Isla del Sol, donde pudimos ver algunas ruinas incas, y disfrutar de unas vistas alucinantes. El problema volvió al día siguiente, cuando al despertarnos nos dicen que la huelga se ha echo más fuerte al enterarse los campesinos de que había turistas que habíamos conseguido llegar a la isla, así que habían amenazado a todos los barqueros con quemarles las barcas si nos sacaban de allí. La vuelta fue: una barca, cambio de barca, un minibus, otro minibús, otra barca. Nos ibamos encontrando con turístas desesperados en salir de allí. Nosotros tenemos que agradecer que teníamos una guía que nos ayudó michísimo, si no quien sabe si hubieramos conseguido salir. Lo más gracioso fue llegar a la zona del bloqueo y ver que habían puesto un tronquito cruzado en la carretera, y que los huelguistas eran 4 campesinos de avanzada edad, que vamos, imponían 0. De risa.

Cholitas en carro

Por fin en Copacabana

Llegada a Isla del Sol

Islas flotantes

Medio de transporte en Isla del Sol

El siguiente destino era Cuzco (Perú). Después de todo el jaleo, conseguimos tomar un bus que nos llevaba hasta allí, eso si, nos esperaban como unas 10 horas de viaje. Pero como Cuzco ya es Perú y tengo que partir en dos esta entrada, lo dejamos para la parte II, que espero poder hacer esta semana, no seáis ansiosos! Os hablaré también de la Pachamama, mi nueva diosa, y por supuesta de la excursión a Machu Picchu.

Muxu handi bat!

-Reírse de todo es propio de tontos, pero no reírse de nada lo es de estúpidos.-